Según los testigos, la escultura era una copia exacta de un Volkswagen Beetle, con todos los detalles muy bien elaborados, como los espejos retrovisores, los limpiaparabrisas y el logotipo en la capota. Apareció de noche y los automovilistas, al tomarlo por un coche real, llamaron a la Policía ya que les impedía el paso.
"Nos hemos dejado llevar por la broma igualmente que todos los demás. El coche era muy real. Parecía que bastaba quitarle la nieve, sentarse al volante y partir", comentó el secretario de prensa de la Policía local. Pero al mismo tiempo precisó que no iban a revocar la multa, ya que la obra obstaculizó el tráfico, aunque no precisó si tenían una pista para buscar a los autores