La sueca, de 60 años de edad, cuyo nombre no se ha revelado, ya había superado con éxito una vez un cáncer de mama, por eso recibir de nuevo el mismo diagnóstico duro no le despertó dudas. Dos años de tratamientos contra el cáncer provocaron a la paciente dolores en los huesos, se le aplastó una vértebra y su cerebro se vio dañado, afectándole el control de las manos.
"Estamos muy apenados por este incidente. Ojalá esto nunca hubiera pasado", dijo el médico Lars-Göran Holtby.
En junio pasado un cirujano del mismo hospital eliminó la articulación de la cadera a una mujer absolutamente sana, de 30 años, según reporta United Press International.