El estudio, realizado por investigadores del Instituto Nacional para la Salud de EE.UU., incluyó a más de 260.000 personas de entre 50 y 71 años de edad.
Primero, se evaluó su consumo de una variedad de bebidas diferentes entre los años 1995 y 1996. 10 años después, los científicos volvieron a ponerse en contacto con los participantes de la investigación para revisar quiénes habían tenido un diagnóstico de depresión desde el año 2000.
El riesgo de depresión resultó especialmente alto en las personas que bebían refrescos bajos en calorías: un 31% más de riesgo para los que tomaban gaseosas sin azúcar, en comparación con un 22% para los que tomaban bebidas gaseosas normales, según los investigadores. En cuanto a los zumos bajos en calorías, el porcentaje era todavía más alto: los que bebían cuatro o más latas de bebidas de frutas 'light' resultaron en un 51% más propensos a tener depresión en comparación con aquellos que no consumían estas bebidas.
Sin embargo, los científicos enfatizaron que se requiere seguir avanzando en el estudio para confirmar los descubrimientos.