En marzo de 2004, Joël Gaillard, un hombre de 43 años que presentaba un cuadro de esquizofrenia, mató con un hacha a un anciano de 80 años. El asesino se había escapado de un manicomio en Marsella, donde estaba siendo tratado por la doctora, Danièle Canarelli.
A pesar de que Gaillard fue considerado responsable penalmente del delito, el tribunal indicó que el médico debió de ordenar el traslado del paciente a una unidad para pacientes difíciles. Ahora Canarelli, de 58 años, deberá pasar un año en la cárcel y tendrá que pagar una indemnización de 8.500 euros a los hijos de la víctima.
La condena no tiene precedentes en el sistema judicial francés, ya que se trata de la primera vez que un doctor tiene que pagar con su libertad por conducta negligente en relación a uno de sus pacientes.
Uno de los hijos del anciano asesinado se declaró satisfecho por el veredicto y se mostró confiado en que a partir de ahora haya una mayor responsabilidad por parte de los médicos y mejoren sus métodos de tratamiento.