Janet Roberts envió a su hija a estudiar a un internado de Jacksonville, la ciudad más poblada de Florida. Según la madre, siempre estuvieron en contacto por teléfono pero la menor nunca se quejó de tener problemas de salud ni en la escuela.
Pero la verdad es que la colegiala aumentó alrededor de 9 kilogramos en los últimos cuatro meses. Cuando la hinchazón del vientre ya era evidente, los compañeros de clase empezaron a reírse de la joven y creían que estaba embarazada. Al parecer, la niña estaba demasiado asustada para hablar de sus problemas con su madre o para ir al médico.
Los doctores del hospital pediátrico descubrieron que los 9 kilos de más en el abdomen eran en realidad un tumor benigno. Los cirujanos lograron sacar del estómago de la colegiala unos dos litros de líquido y tras una complicada cirugía lograron eliminar la malformación.
En la actualidad, la vida de la menor no está en peligro pero todavía está bajo supervisión médica.