Según Stephen Kent, sociólogo de la Universidad de Alberta (Canadá), por lo general este tipo de predicciones las hacen “líderes carismáticos que a menudo están asociados con sectas”. Si la predicción no se cumple, la reacción de la persona que se preparó para el fin del mundo puede ser impredecible, explicó.
No obstante, con el último 'fin del mundo', la situación era diferente ya que en gran parte el alboroto se originó en Internet, con un escenario diferente, por lo que no había una persona en concreto a la cual responsabilizar de las frustraciones. Aquellos que realmente creían es posible que sufran de problemas de salud mental y podrán seguir adelante con sus vidas exitosamente si tienen el apoyo de familiares y amigos.
Sin embargo, “los individuos aislados se encuentran en riesgo al no tener con quién compartir sus frustraciones”, señaló Kent.

