La chica tiene que comer cada 15 minutos para seguir viva. Consume entre 5.000 y 8.000 calorías diarias, mientras que lo recomendable para una persona que no realiza un gran esfuerzo físico son unas 2.000 calorías.
Come hasta 60 veces al día y suelen ser alimentos con alto poder nutritivo, a los que los demás tienen que renunciar para no engordar, como patatas fritas, dulces, chocolate, pizza, pollo, pasteles, rosquillas, helados, y tartas. Pero con todo esto, no pesa más de 26 kilogramos a pesar de medir 157 centímetros. “Me peso continuamente y si gano medio kilo, me emociono”, cuenta Velásquez.
En el portal de YouTube hay numerosos videos dedicados a la joven, que tiene sus admiradores. Sin embargo, en la escuela la llamaban monstruo y la trataban como a un animal, reconoce Lizzie. “Soy humana, por lo que estas burlas me hieren, pero no voy a permitir que rompan mi espíritu”, asegura la chica, que ahora está escribiendo un libro sobre su vida dedicada a la lucha contra la enfermedad y por la supervivencia.