McMahon describe algunos casos que le llamaron especialmente atención, como el de una paciente que había recibido un trasplante de un riñon en algún momento de su vida, información que los médicos usaron para convencer a su hija de que firmara el consentimiento. En otro caso McMahon dijo haber visto a doctores inyectar un paralizante a una mujer declarada muerta por sobredosis de una droga, aunque vio que su cuerpo se contraía.
Según escribió McMahon en su denuncia, Irving le respondió en los siguientes términos: “Así se hacen las cosas”. Después de varias protestas, McMahon empezó a ser visto como una persona problemática y fue liberado de su cargo.
La portavoz de la Red, Julia Rivera, que dice no haber visto la denuncia, asegura que sólo los doctores pueden certificar la muerte cerebral de un paciente, y sostiene que las acusaciones contra McMahon son ridículas.
Existe una gran demanda de órganos para donación. Actualmente, más de 115.000 estadounidenses esperan un órgano, y cada día mueren 18 sin llegar a recibirlo. Para resolver este problema, en mayo de este año fue lanzada una aplicación en Facebook que permite a sus usuarios registrarse como donantes. 24 horas después del lanzamiento de esta herramienta se registraron 4000 personas, y desde el mayo hasta septiembre 275.000 usuarios expresaron su deseo de que sus órganos se utilicen para salvar a otras personas. Varios medios ya han informado de casos en que los pacientes recibieron trasplantes encontrados a través de Facebook.