Utilizar durante largo tiempo un ordenador portátil apoyado sobre las rodillas puede quemar la piel, incluso a través de la ropa, indicó un científico sueco que se tostó la piel del pene y del escroto al semanario médico británico ’Lancet’.
Cómodamente instalado en casa, en su sillón y con el ordenador sobre las rodillas, el científico Claes-Goran Ostenson, que trabaja en el departamento de medicina molecular del Instituto Karolinska de Estocolmo, comenzó a redactar un informe durante casi una hora.
Al día siguiente, el hombre comenzó a desarrollar ampollas en el prepucio y en la piel de los testículos, lesiones que se infectaron y luego desaparecieron sin necesidad de antibióticos. El investigador recuerda haberse visto obligado a desplazar el ordenador mientras estaba absorto en su trabajo, para calmar una sensación de ardor.
Los libros de instrucciones aconsejan normalmente no colocar el ordenador portátil directamente sobre la piel aunque, en este caso, la víctima estaba vestida. “Esta historia debe ser tomada en serio”, afirmó Ostenson.
