Linda Sirois, del pueblo Madawaska, ubicado en el estado de Maine (EE.UU.), aceptó convertirse en madre sucedánea, cuando los médicos le diagnosticaron una grave enfermedad del corazón a su hija Angel Hebert, de 25 años, lo que hacía el embarazo sumamente peligroso debido a su estado de salud.
"La situación fue muy decepcionante", confesó Angel, “pero se trataba de una posibilidad y, desde el principio, mi madre decía: “Yo estoy aquí y puedo llevarlo por ti”.
Ahora Sirois, que tiene otros cuatro hijos, incluyendo dos gemelos, afirma que este embarazo con el pequeño Madden, que nació sano y salvo el 13 de agosto, resultó ser “el más fácil de todos”.